HISTORIA DE LA
GASTRONOMIA
JAPONESA
La comida
japonesa, la expresión que en su definición más estricta engloba la comida
perteneciente al estilo tradicional, previa al aislamiento del país terminado
en 1868, se fundamenta esencialmente en el arroz. Alimento compartido con gran
parte de los pueblos asiáticos, un perfecto plato principal en muchos de ellos,
una base para una amplia variedad de elaboraciones derivadas y un ideal
acompañante de preparaciones en las que no toma partido directamente, pero de
las que no se puede separar.
Su fuerte
presencia se debe a lo propicio que resulta cultivar esta planta en sus
tierras, dominadas por climas con veranos calurosos a la par que húmedos,
seguidos por unos largos otoños, lo que asegura unas buenas cosechas. Con él se
elaboran los tan típicos mochis, pasteles hechos con pequeños granos de arroz
glutinoso; las bolas conocidas como onigiris u omusubis, rellenas o mezcladas
con otros ingredientes; formando parte también de diversos platos
tradicionales. Es el caso del sekihan, consistente en arroz cocido al vapor que
se hace acompañar por judías azuki; o del famoso donburi, consistente en una
base de arroz y diversos ingredientes, como pescados, carne o vegetales,
servidos encima. Por ejemplo, la versión conocida como oyakodon lleva pollo guisado,
huevo y cebolla; la katsudon presenta cortes de cerdo empanados, el famoso
tonkatsu, también con más cebolla y huevo; o la unadon, en la que se presenta
por encima del arroz anguila asada.
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